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Hay algo mágico sobre partir de la Plaza de Armas que me impresiona cada vez que me paro en la partida de la “Media de Lima” o más bien cientos de metros más atrás de ella. Hoy, a menos de un mes de pararme en la partida de una nueva edición, muchas cosas me vienen a la mente:

La “Media de Lima” es la media maratón (21 km) más antigua de América. Fue mi primera media también, la edición N° 103. Un buen amigo abogado, poco mayor que yo, me animó a mandarme por la distancia. Yo, súper temeroso y habiendo corrido tan solo carreras de 10km hasta ese momento, no podía imaginar correr por tanto tiempo.

-Pancho, ¿ya has corrido esa distancia antes?
-No, ahora en mayo la corro.

No daba ni un cobre por él. Pero Pancho terminó, sin papelón (y con al menos 15 años más que yo). Así que ni hablar. En agosto del mismo año estaba en la partida. Esa fue mi primera media y marcó un paso más en mi camino como corredor. Siempre estaré agradecido con Pancho por el empujón y con la Media de Lima por presentarse en Agosto.

Lo segundo que pienso cuando pienso en Lima es que siempre es el ultimo fin de agosto. Igual que mi cumple. En algún momento me iba a tocar correr esta carrera, la única en mi calendario posible, el día que nací. No soy particularmente supersticioso así que no encuentro nada de siginificado en un sentido distinto del literal: ¡qué divertido correr en mi cumpleaños! Va a ser el doble de fiesta correr por Lima en plan de celebracion junto con una comunidad que me cruzo mañana a mañana. Será igual de genial celebrar chelas post carrera hasta las consecuencias de siempre y acompañarla luego de torta de chocolate.

Finalmente, se me viene a la cabeza lo mismo que a todos cuando pienso en Lima. Ese momento en el que nos sentimos super bien y miramos a la izquierda y vemos a nuestros héroes de élite subiendo por Arequipa en sentido opuesto al nuestro. Al ratito, nos toca dar la vuelta en U y mirar el temido falso plano interminable hasta la meta. El falso plano más largo y temido de nuestra carrera. En mi cabeza, además, cuando la imagino la veo decorada por una fila inifinita de semáforos que siempre están en rojo. Por eso tanta energía cuando los veo por ratos en verde durante la carrera. Como si la ciudad me empujara. En ese momento, parece que ha pasado lo peor. Y en eso comenzamos a bajar en el cruce de Javier Prado con la misma Arequipa y sabemos que es el último obstáculo que la carrera nos pedirá sobrepasar: una subida pesada bajo el puente Villarán. En ese momento suelto unas lisuritas que siempre sirven para mover las piernas.

Y así, con o sin Pancho, estando o no de cumpleaños, la Media de Lima se despide con un último gesto pícaro. Como buen limeño. Para recordarnos que fue dura y hacernos sentir una ultima vez su presencia, antes de despedirse. Una subidita, empinada pero chiquita, ahi nomas en medio Parque de las Aguas.

Yo aquí listo para todo. ¡Nos vemos en la partida!

 

Autor: Michel Seiner
Seinauer & Cia.

 

 

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3 Comments

  1. Erika

    Hola Michel. También va a ser mi primera media maratón oficial. Vaya emoción y temor de pasada. Pero ahí vamos, me gusto tu artículo, sobretodo ya sé que no soy la única que va soltando lisuras en las cuestas que más cuestan jajajaja animo!!!

  2. Estoy interasadA en la maraton de 10km

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