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Los 20 años de La gran maratón de la Muralla China, sus 5164 pasos con su maravilloso y duro recorrido.

Tal vez por el cansancio de un largo viaje de más de 30 horas, como muy pocas veces me ha pasado, pude dormir de corrido seis horas antes de levantarnos a las 2 am, e ir con mi familia al punto de partida, distante a dos horas de la moderna y populosa ciudad de Beijing el pasado 18 de Mayo, ese día se corría la maratón. 
La zona donde íbamos a correr, nos recibe con un agradable clima, como nos gusta a la mayoría que quiere hacer una carrera de esta distancia, fresco con algo de lluvia menuda y viento agradable. 
La gran Muralla se muestra imponente como para intimidarnos y enviarnos el mensaje que conquistar la distancia de una maratón (42.195 Km) no será fácil. 
Pero ya estamos aquí, hemos recorrido literalmente medio mundo para eso, aunque con temor de ver a semejante colosal estructura – no en vano la séptima maravilla del mundo, intimida pero nos damos ánimos y fuerzas. Por eso, en el camino a la partida, fui repasando la estrategia a seguir, pues esta carrera no se caracteriza por ser rápida, pues típicamente del tiempo promedio de una maratón; según los organizadores, ésta se termina entre 1.5 a 2 horas más, debido a la dificultad del recorrido.
Además de ello, esta carrera tenía un componente adicional, mi esposa e hija menor iban a correr por primera vez la distancia de 8.5 Km. Las ansias y toda mezcla de sentimientos estaban a mil.
Se da inicio a la partida, nos recibe una de estas cuestas de 5.2 km con un desnivel de 200 m, para luego entrar a la gran Muralla que con sus escalones, trepadas y bajadas empinadas ponen a prueba hasta a los más duros. Luego viene un recorrido por el pintoresco valle con un camino plano de unos cuantos km, para luego encontrarse con casi 10 km de subida interminable, solamente apaciguado por la belleza del valle, el encanto de la gente de los pueblos por los que pasábamos, así como por el clima fresco; que con una ligera garúa y delicioso viento nos alentaba a seguir adelante. Pronto caigo en la cuenta que había que guardar reservas ya que, en el Km 34 vendría, como para despedir esta carrera, cruzar nuevamente la gran Muralla, pero esta vez te recibía con una empinada subida con unos 45 a 60 grados de inclinación, muchos escalones y siempre desafiante como ella misma como diciéndote: quieres conquistarme, pues ¡que te cueste!. 
¡Así fue! terminé la maratón de la ¡Gran Muralla China! quedaron atrás esos 5,164 escalones.
Esta carrera, como no había pasado antes, considero que hice más conocido a Chaki Wayra; ya que puede conversar de la ONG, de su objetivo que persigue con amigos de España, Brasil, India, Dinamarca, Sudáfrica, así como del reto que tengo de correr una maratón cada mes en apoyo a la ONG en mi búsqueda de buscar donaciones para apoyar al fondismo peruano. Al verme, simplemente no podían creer que eso era posible, pero al final, los hechos demostraron que si era. Me alegra porque inspiré a algunos a perseguir sus sueños y no darse por vencido, que si “podemos soñarlo podemos lograrlo”. 
Me llevo a casa tres medallas, orgulloso por el logro de mi esposa e hija que debutaron en tan tremenda carrera y por haber culminado mi sexta maratón de este año, una cada mes! 
Sigamos corriendo, sigamos disfrutando, sigamos apoyando a ¡Chaki Wayra!

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